miércoles, 23 de diciembre de 2009

SUPLICAS A UN CORAZON ROMPIO


Como quisiera Señor poder sentir
en mi espíritu la paz de tu presencia.
Y de tu inmenso amor yo conseguir
tu magnánima indulgencia.

En un dulce crepúsculo sin luna
Descansar mi alma en tu regazo.
Y olvidando los sangrientos aletazos
adentrarme en tus mares de ternura.

Como quisiera Señor un gesto tuyo
liberándome de oscuros pensamientos.
Y una luz que en la sombra del orgullo
clarifique la semilla que en el barro
ha nacido de un amargo sentimiento.

Tú que vienes Señor del infinito
y que brillas disipando los reproches.
Suaviza el rigor de mi destino
y aplaca la tormenta de mis noches.